viernes, 18 de marzo de 2016

Un modelo docente semipresencial, para pocos estudiantes

Estamos terminando la tercera edición de una curiosa asignatura con la que disfruto un montón. Se trata de "Aspectos básicos de la actividad investigadora", una actividad formativa que ofrece la Escuela de Doctorado de la UPNA a todos los estudiantes de doctorado, de todas las disciplinas.

La transformación de un curso de doctorado clásico para un grupo de estudiantes menor y más homogéneo en esta nueva versión, además de modificar un poco los contenidos, nos llevó a cambiar del formato típico presencial de clases semanales a uno semipresencial: 5 sesiones presenciales de una mañana entera (4 horas) separadas por 4 semanas de trabajo online (mediante blogs).

El aprendizaje requerido en esta asignatura (probablemente en todas) exige leer textos, pensar sobre ello y escribir de forma individual. Pero ese conocimiento inicial gana muchos matices y profundidad si se puede contrastar mediante la conversación con otros colegas (compañeros, el profesor, ponentes invitados, etc). En personas adultas y motivadas como son los estudiantes de doctorado parece que el aprendizaje individual se puede realizar al ritmo que cada uno prefiera con unas ligeras instrucciones a partir de material seleccionado puesto a disposición de los estudiantes, esa es la parte on line. La conversación, la parte más experiencial, requiere del contacto físico y para ello se mantuvieron esas 5 sesiones en las que se intenta, además, que el grueso se dedique a realizar ejercicios que exigen interacción.

En las dos primeras ediciones el número de estudiantes rondaba los 15, mientras que en esta última ha pasado de 40. A pesar del drástico aumento de estudiantes, la asignatura ha rodado bastante bien. Ha supuesto un esfuerzo bastante mayor del profesor y se han perdido algunos estudiantes por el camino, pero creo que el resultado es bastante bueno a pesar de ello.

Hay bastantes cosas que ajustar en el modelo: las sesiones presenciales han de ser más interactivas aún, hay que aumentar la exigencia de participación (en grupos grandes, aunque sean de adultos, hay listillos que se escaquean), hay que reforzar algunos contenidos, etc. Pero creo que el modelo semipresencial cumple bastante bien los objetivos para los que fue diseñado. Es por eso que creo que merece la pena compartirlo, por si algún colega anda dándole vueltas a estas cosas y le puede valer la experiencia. Eso sí, para un profesor único y haciendo un seguimiento real de los estudiantes estos 40 o 50 son el límite máximo. Lo que no sería absurdo es atender a un grupo mayor con un equipo docente. Pero sobre eso no tengo experiencia real que compartir.

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